6 may 2008

Pucca
(Funny Love)

Pucca (Funny Love) es una serie de dibujos animados que tuvo su origen en Corea del Sur. La empresa Vooz creó estos simpáticos personajes para un servicio de tarjetas virtuales. El caso es que tuvieron tanto éxito que hicieron una serie de cortos de 2 minutos cada uno y montaron un sitio web para promocionarla junto con su respectivo merchandising. La serie saltó a la TV con un formato más estandar de la mano de Jetix. Pero lo que nos interesa en este sitio es el amor. Y después de tanto dato técnico-histórico vamos de lleno a lo nuestro.



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Toda la serie se basa en los intentos de Pucca por robarle un beso a Garu.
Garu es un ninja consumado, que no puede aceptar semejante demostración de cariño y se lo pasa ezquivando a este terremoto amoroso que se empeña en asaltarlo de todas las maneras posibles.
Por supuesto, el amor de Pucca lo puede todo. Cualquier cosa que se interponga entre ella y su amado será quitado del camino con una eficiencia pasmosa. Demostrando que al amor, no hay quien le gane...... por más ninja que sea.


19 mar 2008

Una de cisnes enamorados


Esta es la noticia que me gustaría destacar hoy (click!).

Nada de gente que se muere o de robos o de corrupción política (valga la redundancia).

Un Cisne enamorado de un bote con forma de cisne.

Por suerte toda verdadera historia de amor tiene un final felíz y ésta no es la excepción. Lean el artículo y verán a qué me refiero.
PS: No. No tiene nada que ver que el cisne se llame Petra. Digo... no es una indirecta ni nada. Eeeh... creo que callado quedo más decorativo. ^_^
H.

6 mar 2008

Buenos Aires: Ciudad de Julietas

Buenos Aires es una ciudad hecha de sueños.
Sueños de foráneos que vinieron a forjar la patria y a forrarse los bolsillos.
Foráneos que más tarde vinieron escapando de la guerra y la miseria.
Es una ciudad hecha de Italianos, Españoles y Judíos. Sangre, sudor y lágrimas, respectivamente.
Por eso, los descendientes de semejante mixtura vivimos de sueños por los que damos la vida, trabajamos y lloramos.
La arquitectura de esta ciudad no es más que el reflejo de esta mezcolanza de trazas, credos y razas. Modernos, antiguos, florentinos, victorianos, coloniales... hay para todos los gustos. Pero rumbeando hacia el tema que nos convoca, quisiera hacer foco en una parte de la anatomía edilicia y que el señor Neruda me perdone: el balcón. Ese lugar que forma parte de la casa y a la vez es parte de la calle. Esa zona intermedia que no es ni adentro ni afuera. Allí Julieta puede jugar a su amor prohibido, caminar por la delgadísima linea que separa el dar rienda suelta a su emoción del mancillar el buen nombre de la familia. Esa indefinición es lo que permite confundir a los amantes en su abrazo, sin dejar de escuchar la voz de alarma en caso de ser descubiertos. Esa confusión es lo que les hizo equivocar el canto del pájaro de la tarde por el de la mañana.

¿Cuántos amaneceres te tomaron desprevenido en un balcón?

¿Ninguno? Pues entonces, no has vivido lo suficiente.

Pero volviendo a Buenos Aires...
Balcones hay de todos los tamaños y formas.
Los hay para acodarse a mirar pasar la vida mientras suspiramos los besos no dados.
Los hay para salir a llorar, mientras adentro todos cantan festejando a quien que se va de viaje, buscando un nuevo horizonte lleno de promesas.
Los hay para compartir un secreto a media noche - para que no se enteren los padres de aquello que es espectáculo del escandalizado vecindario -.
Los hay para llegar volando entre sueños a robar un beso. Con alas de cisne, en los labios. Con alas de murciélago, en el cuello.
Balcones para amar. Para enterarnos de que no nos aman más. Para salir desesperados a tomar esa bocanada de aire que la angustia nos apresa en el pecho. Para dejar caer cosas. No sé... una carta lacrimógena hecha un bollo, una pestaña que se nos quedó pegada en el dedo despues de pedir un deseo, un beso soplado a la distancia. Dejar caer la autoestima, la moral y las buenas costumbres. Por último, dejar caer el propio cuerpo... libre, con los brazos abiertos esperando el encuentro con el amor muerto.
Y me pregunto -igual que Björk- si al golpear mi cuerpo en el suelo mis ojos estarán abiertos o cerrados.

Suspiro profundo y abro los ojos. Hoy soy un Romeo en el balcón, esperando a una Julieta trepadora. Porque acá, en Buenos Aires se pueden cambiar los papeles, pero el amor se renueva y se reinventa cada vez. Porque el amor es lo que hacemos; darnos al otro por entero todos los días.

H.

23 feb 2008

Ya estoy listo para volver a la mar
El casco reparado, los mástiles bien derechos
Algún roto en la veladura, pero poco mas...
Ahora solo me queda sacar la tripulación de las tabernas...
God's speed!

Al. Chiquillo

15 feb 2008

Love 2008

Ya sé que llego tarde a San Valentín, pero vengo de lejos, trayendo un videíto.
Mi elemento es el agua, más precisamente, el mar. Pero sé que hay algunas (y no estoy señalando a nadie ^_^) cuyo elemento es la arena. Más precisamente el desierto.



Ilana Yahab :: www.sandfantasy.com

14 feb 2008

San Valentín
El marketing, la globalización y el capitalismo salvaje nos invaden con corazones por estas horas.
Poco importa que el fin oculto sea generar ganancias explotando las ciudades urbanas y jugando con las ilusiones circundantes. Lo que yo rescato es que, por mandato de mi esencia romántica, el efecto visual de ver uno, dos y tres corazones o dos ositos abrazándose inspira a querer amar a una persona; es más: inspira a jugarse por el amor…
Cupido, dios caprichoso del amor (¿y sabio encubierto?) revoluciona los corazones con sus poderosas flechas. Quién amó alguna vez justifica el cruzar placer con sufrimiento…
Cupido tiene alas justamente porque amar es volar, es elevarse de los términos medios y apostar al absolutismo del amor.
Un corazón roto ataca a la mente y nos hace creer que todo está perdido. El dolor del corazón es un veneno devorador, un pac-man que en lugar de comer fantasmas chupa toda la energía de los enamorados. Sin energía ni motivaciones, la mente se trasforma en un pantano oscuro sin luces salvadoras.
Todo pierde sentido y muy pocos consiguen un renacimiento actitudinal.
Pero la virtud del amor-en la virtud está el castigo-es enamorarse del amor mismo, esa es la única conquista que encapsula al altruismo. Decir “te amo” y escucharlo de la mujer más deseada endiosa el espíritu infinitamente.
Pensaba dejar como mensaje final al mundo shakesperiano un mensaje de la importancia del enamoramiento y del privilegio de ser flechado por Cupido, pero tal apología sentimental la trasporto a este fragmento terriblemente poético de Becker a su media naranja:

Hoy te miré, te miré y me miraste: hoy creo en Dios
Feliz San Valentín para todos
M.L.Z.

9 feb 2008

Inevitable I

Julieta P.